Tristeza del carnaval
en el camino seco:
si sube el polvaderal
se va tu silencio.
Río que corre al bajar
por las cornisas calmas,
tus ojos negros están
armando distancias.
El canto es como un bagual:
salió a galopar,
llevó soledad al alma;
y el camino que bajaré
es sendero de lo que fue.
Por el tiempo te he de buscar
disfrazado de lluvia y sal.
Agua dispuesta a mojar
las grietas de las piedras,
tu imagen salpicará
de luz mis tinieblas.
Y me pongo a lloviznar
sobre el camino seco
y todo el polvaderal
se vuelve recuerdo.
Hay que andar con la corriente,
hay que ponerse a nadar,
ser pescado y estar listo porque te van a enlatar.
Hay que andar con la rutina,
la promesa del Edén,
ser feliz porque te dicen que así todo va a estar bien.
Hay que andar despacio (hay que andar despacio),
hay que andar despacio acá.
Hay que andar con el olvido de la muerte y su misión,
esperar que pase el tiempo viendo la televisión.
Hay que jugar el partido del triunfo y la ambición,
ser la hinchada del idiota que el gran prode se sacó.
Hay que andar despacio (hay que andar despacio),
hay que andar despacio acá.
Voy a irme a pescar como hizo Dios.
Voy a irme a pescar.
Vengo de la plaza,
voy para el mercado,
llevo unas naranjas
para traer pan.
Cayó la moneda,
no queda un centavo,
necesito libros,
cambio por collar.
Trocará la sombra por verdad,
trocará la sombra por verdad,
trocará el color de tanta muerte.
Marta trajo telas.
María pescados,
con unos cartones
se hará un hospital.
Para los remedios
sopa y vino blanco,
escuela viajera
aprendiendo a andar.
Trocará la sombra....
Cuando parecía
que no había solución
juntaron semillas
y el desierto se secó,
cambiando la sombra por verdad,
cambiando la sombra por verdad,
cambiando el color de tanta muerte.
Pasa que los hombros se nos suelen dislocar,
pasa que la vida es una sopa
donde algunos pueden darse el lujo de escarbar
y otros se consuelan con las sobras.
(Y... qué vas a hacer, capaz que sirva el yeso,
y... qué vas a hacer, capaz surja algo nuevo).
Pasa que las piernas se nos suelen fracturar,
pasa que el país es una estrofa
llena de palabras como "igual" y "libertad",
alternadas con "violencia" y "broma".
(Y...qué vas a hacer, capaz que sirva el yeso,
y...qué vas a hacer, capaz surja algo nuevo
y...qué vas a hacer, capaz surja algo nuevo,
y...qué vas a hacer, capaz que sirva el yeso).
Paredón en la televisión,
reventó la globalización.
Lo que llegue será revolución (será revolución).
Pasa que el tabique se nos sale de lugar,
pasa que la muerte es una alfombra
donde algunos duermen en figuras de faisán
y otros no figuran ni en las fosas.
(Y...qué vas a hacer, capaz que sirva el yeso,
y...qué vas a hacer, capaz surja algo nuevo).
Pasa que los brazos se nos suelen astillar,
pasa que el amor es una loba
que me araña el vientre cuando pienso que no estás
y lastima más que la derrota.
(Y...qué vas a hacer, capaz que sirva el yeso,
y...qué vas a hacer, capaz surja algo nuevo
y...qué vas a hacer, capaz surja algo nuevo,
y...qué vas a hacer, capaz que sirva el yeso).
Pasa que los hombros se nos suelen dislocar,
pasa que la vida es una sopa
donde algunos pueden darse el lujo de escarbar
y otros se consuelan con las sobras.
Pudo escribir algún poema
con la sangre de las muelas
y el olvido.
Puede ser que sea en la historia
donde encuentre una memoria
cementerio del dolor:
un disfraz
de músico ejemplar
dispuesto a negociar
con el abismo,
un disfraz
de mago encantador
en medio de un salón
de punkies asesinos.
Puedo escribir otra condena
al payaso que zanquea
en mi oído.
Pude ser que sea otra derrota
el pretexto para notas
emparchando el corazón:
un disfraz
de idiota popular
con capa y delantal
de súper pibe,
un disfraz
de rata angelical
dispuesta a merendar
lo que no sirve.
Tiro una pedrada a la vitrina
de disfraces a medida y sigo vivo.
Por el aire, desandando la tristeza,
por la voz de aquel farol que dando vueltas
por el aire da su luz al corazón.
Por la noche, va la luna por la noche,
despejando la humedad de las estrellas,
despejando la humedad de la razón.
La luna parece un diablo de cristal,
la luna parece un ángel de antifaz.
Por el aire, por la noche, por el aire.
Por la tarde, desandando la tristeza,
por el verde de aquel parque que se aleja,
por el verde de los pasos que se van.
Por el aire va cantando, va silbando,
por el aire van las notas dibujando
la sonrisa que sugiere su expresión.
La música hace un diablo de cristal,
la música hace un ángel de antifaz,
por el aire, por la tarde, por el aire;
por la noche, por la tarde, por el aire.
Tierra que esconde la miel
en las manos de la mañana,
Tierra que se dice piel
cuando el árbol su boca ensancha.
Tierra que abona el sueño,
sangre del nido hornero,
futuro de la madrugada
que el canto atraviesa
como cuna para el hijo.
Tierra sos el cristal
que ayuda a encontrarme
con lo oscuro.
Tierra que sabe perder
el silencio con las chicharras,
Tierra dispuesta a nacer
mientras muere martirizada.
Tierra, carbón y acero,
llanto que vuelve al cielo
inseguro cuando cruzan alas
que manchan de rojo
la promesa de otros hijos.
Tierra sos el cristal
que ayuda a encontrarme
con lo oscuro.
Cuando la tarde cae,
cuando enmudece el sol,
cuando las nubes arden
como velitas sin soplador;
cuando la boca abre
llagas al corazón,
cuando tus ojos parten,
cuando perdido me encuentro yo,
veo llegar la noche,
siento la suerte del ruiseñor
que ha sido degollado
por un alambre que lo engañó.
Cuando la luna miente,
cuando habla el dolor
(cuando la luna miente
cuando habla el dolor).
Cuando se va tu sombra
la muerte es ángel de salvación.
Cuando lo oscuro toca
las manos del terror,
cuando mi voz se acorta
porque ya es hora de otra canción;
cuando el testigo es ciego,
cuando no hay fiador,
cuando el amor es aire
que he respirado pensando en vos,
veo llegar la noche,
siento la suerte del ruiseñor
que ha sido degollado
por un alambre que lo engañó.
Cuando los grillos saben
aserrar el dolor
(cuando los grillos saben
aserrar el dolor).
Cuando vuelven tus alas
la muerte es sombra de perdición.